Un chef es la persona que se encarga de deleitar el paladar de las personas, pero los fotógrafos de alimentos son los que se especializan en deleitar el ojo humano y abrir el apetito a través de fotografías con las que se pueden experimentar sensaciones y hasta olores y sabores. ¿Te consideras bueno en esta técnica especial?
¿Necesitas un fotógrafo de alimentos?
Ponemos nuestra experiencia a tu disposición.
Una buena fotografía de alimentos
La peor fotografía es aquella que mata la realidad cuando realmente se busca lo contrario. Para lograr una buena fotografía no sólo necesitamos una cámara fotográfica, también debemos planear nuestro trabajo tal y como si estuviésemos trabajando con una exigente modelo .
Las porciones pequeñas y sugerentes , donde el producto principal sea el protagonista sin artificios ni ornamentos seguramente nos concedan las mejores imágenes. Es interesante que aparte de fotografiar el plato en conjunto, realicemos detalles de ciertos elementos cambiando los encuadres para lograr fotografías poco usuales de los platos con los que trabajemos.
Carnes, verduras, salsas, un hermoso postre de fresas pueden enmarronarse, arrugarse , partirse perder su textura inicial de manera rápida. Una fotografía ‘lifestyle’ de un plato encima de una mesa con sus cubiertos, vasos y una potente luz natural consigue que el espectador se identifique mucho más en la fotografía que si efectuamos la fotografía en estudio.
Los fotógrafos de alimentos: artistas culinarios
Los elementos en un plato prosiguen una jerarquía y así debe quedar patente visualmente. Para fotografiar, es interesante probar con raciones que incorporen el ingrediente principal y un acompañamiento fácil.
La luz natural es un arma de doble filo. Muy frecuentemente es necesario tomar en consideración la manera en la que cocinamos un plato pues puede ser un factor clave a la hora de ‘comer con los ojos’.
El estilista culinario tiene nociones de fotografía para trabajar la iluminación, pero así mismo de la química de los comestibles para saber que, por poner un ejemplo, tras media hora bajo los flashes, un apetitoso filete se convertirá en una masa fofa de carne imposible de fotografiar.
Una vez dispongamos del equipo humano y técnico necesario para hacer nuestras fotografías, solo nos queda ponernos a trabajar… El ‘estilista culinario’ debería ser preferentemente un chef con experiencia en la cocina y conocimientos de fotografía, más que un fotógrafo aficionado a comer.
La fotografía de alimentos ha recibido un importante reconocimiento a lo largo de los últimos años gracias a las redes sociales. Todos y cada uno de los días vemos por Instagram o Facebook alguna fotografía de un elaboradísimo postre que nos hace babear y, no obstante, no tenemos en consideración que detrás ella, hay un minucioso trabajo de fotógrafos de alimentos.